Presentaciones
Han pasado ya muchos años desde la última vez que escribí mis reflexiones en un blog. La verdad es que este medio, el de los blogs, vive tiempos oscuros: los ensayos, los escritos, las novelas por capítulos... han evolucionado hacia discursos más breves y simplificados, en consonancia con el ritmo espídico de la sociedad del siglo XXI. Dedicarse a verter pensamientos interminables en la red sin un objetivo claro atrae pocas visitas, tan huidizas ante las cábalas filosóficas y las verdades incómodas, y reconocer la autoría de esos textos rezuma un cierto tufo a infelicidad que espanta al más pintado. Es más efectivo cautivar la atención de los navegantes mediante tweets, posts en Facebook, incluso a través de los vlogs de las plataformas de vídeo, que además admiten el empleo de recursos multimedia imposibles para el formato escrito. La sociedad ha cambiado e Internet no se ha quedado atrás, ya lo sé, pero... ¿qué pasa si los bloggers nos negamos a cambiar, a subirnos a ese tren? ¿Qué p